A vueltas con la reforma laboral

Es el tema de conversación del momento. Es el tema de apertura de los informativos. Es el tema del de habla gobierno, oposición y sindicatos. La reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy está en boca de todos. Y es normal.

Es normal, porque es un reforma laboral brutal. Podemos hacer un rápido resumen de los principales puntos de la reforma:

  • Para nuevos contratos, la indemnización por despido es de 33 días por año trabajado (antes 45).
  • Por «causas económicas», te pueden echar e indemnizarte con sólo 20 días por año trabajado (sabemos lo fácil que puede llegar a maquillar resultados para dar pérdidas).
  • Contrato de prueba de un año con despido prácticamente libre.
  • Si no aceptas bajada de sueldo, puedes ir a la calle.
  • Te pueden contratar saltándose los convenios colectivos, que ahora van a quedar en nada.

Y ahora yo hago mi reflexión personal. La reforma laboral que ha preparado el gobierno del PP no sirve para crear empleo. No lo digo yo, lo dicen hasta los propios miembros del gobierno. Para generar empleo se necesita crecimiento económico, de lo que estamos lejos todavía. ¿O es que abaratando el despido se va a contratar más? Pues seguramente ocurrirá lo contrario: las grandes empresas, deseosas de aligerar sus plantillas, van a acogerse más pronto que tarde, y veremos cómo se van sucediendo los despidos en Telefónica y empresas de ese calibre.

De lo que no hay rastro es de medidas reales de estímulo de la economía. Por lo tanto, dentro de unos años, cuando se supere la crisis (que se superará algún día, de eso no cabe duda), nos encontramos con un mercado laboral donde los trabajadores están más desprotegidos, donde los neoliberales marcan las reglas de juego del sálvese quien pueda (el que tiene…), y, en definitiva, de una sociedad menos justa.